La visita de tres días al refugio de Bachimaña, nos ha regalado escasas cinco horas de sol y buena visibilidad, suficiente para poder disfrutar de este paraíso invernal.
El primer día aprovechamos el cambio de guardia para subir al refugio de los «Ibones de Bachimaña», y acompañados por los guardas, fuimos abriendo huella en un camino muy poco transitado en estas fechas.
Hasta Bozuelo nos toco portear esquís en la mochila, a partir de aquí encontramos todo tipo de condiciones: agujeros, riachuelos, nieve dura, … llegando a tener que quitarnos las tablas y ponernos los crampones en lo alto de la cuesta del fraile, ya que toda esta nieve recién caída se asienta sobre una placa de nieve dura .
A la mañana siguiente amaneció como la meteo nos había dicho, solazo, frió y sin viento. Nuestro objetivo era cruzar el ibon de Bachimaña y, una vez en el otro lado valorar las condiciones y decidir un buen descenso.
Desde el refugio del ibon alto, nos decidimos por la punta de los ibones como objetivo rápido ya que las nubes empiezan a dejarnos sin visibilidad para esquiar agusto.
Al final las nubes nos cambiaron de objetivo, la visibilidad era reducida, las nubes cada vez mas negras y nosotros recortamos la ruta para ir hacia el espolón sur de la punta de los Ibones, aproximadamente hasta los 2600m.
Por debajo: una ladera suave bien rellena de nieve fría y aproximadamente 500m de desnivel. Aquí arriba hay unos 20 ó 30 cm de nieve nueva sobre una base dura que en zonas con pendiente podrían llegar provocar pequeños aludes.
La mejor referencia en el descenso era nuestra propia huella de subida. Giro va y foto viene y todos felices de vuelta al ibón.
Y en el ibón encontramos la sorpresa, no está del todo congelado. terminamos la bajada dentro del ibón y cuando vamos a ponernos de pie resulta que nuestras piernas se cuelan en el agua (susto jeje). Con lo que nos toca deslizar un poco mas y ya en el medio del ibón volver a poner pieles y de vuelta al refu.
La estancia en el refugio no pudo ser mejor, buena atención, buena comida, que deciros…. muy a gusto. Esa tarde llegaron dos chavales mas y pasamos una buena tarde viendo nevar.
Lo mejor de esta excursión fue hacerla junto a tres surferos que se han pasado al splitboard y es que esta modalidad va ganando adeptos en nuestras montañas poco a poco.
Por la mañana sigue nevando con poca visibilidad por lo que todos los ocupantes del refu decidimos bajar juntos por la cuesta del Fraile. Aqui la nieve esta bastante humeda y la nevada se transforma a ratos en lluvia.
Al llegar a prado Bozuelo nos separamos de Txendo y Nacho, remontando por las balsas de Lumiacha y bajar por el para-avalanchas de Labaza y rascar unos últimos giros.